Gracias a nuestros contactos de Bethesda, que nos pudieron proveer con una copia de reseña. Codigo fue para Xbox.
DOOM: The Dark Ages llega como un azote bien brutal, reafirmándose como un palo en la saga. Meterse en los mahones del Doomslayer otra vez es un revolú de sangre y cantazo contra las legiones del infierno. La jugabilidad sigue siendo una clase maestra de acción sin parar, obligándote a fajarte de cerca y premiando cambiar las armas a lo loco. Cada pelea es un sancocho de esquivar balas, pasar la motosierra por los demonios más pendejos pa’ tener munición y soltar unos “glory kills” que parten madre. Si buscas sentirte como un poderío que arrasa con to’ lo que se le cruza, DOOM: The Dark Ages lo da, ¡y con cojones!
La trama que armaron en The Dark Ages está más interesante de lo que pensaba, dándonos un viaje más profundo a de dónde salió y por qué el Doomslayer es como es. Aunque en los juegos anteriores te daban pistas de su pasado y lo terco que es, esta precuela se mete de lleno en los eventos que lo hicieron leyenda. La historia cuadra bien con lo que ya sabíamos, dándole un porqué a esa pela eterna contra los demonios. Ver los momentos clave de su vida y los sacrificios que hizo le pone un peso emocional a la acción sin tregua. Esta atención a la historia del Doomslayer eleva la cosa más allá de solo matar por matar, convirtiéndose en algo bien brutal del juego.
Ahora, aquí es donde la cosa se puso un poco chonga para mí. Como este juego se supone que va antes de DOOM (2016) y DOOM Eternal, tuve que fijarme en unas diferencias con los enemigos que no me cuadraron mucho. Mientras que en los juegos después los demonios parecen más máquinas y con tecnología más avanzada, aquí en The Dark Ages algunos enemigos tienen una armadura más pesada y unas habilidades que parecen más fuertes o distintas. Esta inconsistencia hace que se vean más “upgraded” que los del futuro, lo que no tiene mucho sentido siendo este el principio.
Pero, aunque esa cosa me rayó un poco, el juego en general está hecho a fuego, ¡te lo juro! Los niveles están diseñados pa’ que explores y encuentres cosas escondidas, que siempre es un puntazo. Y aunque cambiaron un poco las armas y las Runas de los otros juegos – con cosas nuevas y cómo funcionan diferente a las Runas de DOOM 2016 o los trucos de las armas y habilidades de DOOM Eternal – todavía se sienten poderosas y da gusto usarlas. Aprender los trucos nuevos y cómo usar cada arma contra cada tipo de enemigo mantiene la cosa fresca y te entretiene. Siempre estás buscando cómo reventar las hordas de otra forma.
Ahora, la música… estuvo buena, no voy a decir que no. Te pone en la nota y va perfecto con el ambiente de matar demonios. Pero no sé, sentía que le faltaba algo. No tenía esa misma fuerza o que se te pegara como las bandas sonoras de los DOOM anteriores. Sé que Mick Gordon no estuvo envuelto esta vez, y aunque la música está sólida, no llegó a ese nivel icónico para mí. No sé explicarlo bien, pero como que le faltaba ese sofrito extra.
En fin, DOOM: The Dark Ages es un palo de juego en la franquicia DOOM. Te da esa acción rápida y ese combate salvaje que uno espera, y le añade una historia que te atrapa sobre cómo empezó todo para el Doomslayer. Esa inconsistencia con los enemigos es un pequeño percance, pero no quita lo mucho que se goza el juego y la adrenalina que te mete. Para cualquiera que busque un juego de tiros a lo loco con una historia que te engancha, este es uno que tienen que probar. Le doy un 9/10.